DON Y MALDICIÓN.




Cuenta la historia, hace algún tiempo atrás, existió un linaje de lobos, nada parecido a hombres lobos o personas convertirse en un lobo, era instinto, trabajo en equipo, lealtad, energía, etc., todo eso distinguía a aquel linaje de hombres lobo el cual caminaban de un lugar a otro, era imposible mantenerse en un sólo lugar, sobre todo en la edad joven, era parte de su instinto salir y experimentar, llegada la edad adulta mantenían un poco la estabilidad o cuando llegaba el momento de unir la vida de un hombre o mujer lobo y procrear, sólo una vez en la vida lograban encontrar a su pareja, por eso era tan importante mantener la libertad y apoyo en la edad adulta. 

Llegar a la edad joven era tan importante para ellos, no sólo por gozar de la libertad, si no porque contaban con un don muy importante, uno que destacaba de entre los demás dones adquiridos en la juventud, con tan sólo un abrazo eran capaz de adquirír las habilidades de aquella persona o de aquel hombre o mujer lobo, aunque a causa de ello, el efecto de los abrazos entre ese linaje de lobos era nulo o únicamente con la pareja con la que unían su vida.

Interesante don, pero así como adquirían las habilidades o absorbían la energía positiva, también adquirían habilidades negativas o sentimientos negativos como tristeza, enojo, depresión, dejando a la persona un poco más feliz si se encontraba triste, o un poco más calmada si estaba ansioso o enojado.

Pasado el tiempo el linaje de aquellos lobos se mezcló con las persona y hoy en día pocos son los que saben de ese don, por lo cual para algunos les es difícil entender porque se les facilita adquirir algunas habilidades o por el contrario, llevarse parte de la penas de los demas.




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